Extienden plazo de implementación de la Ley de Energía Nuclear hasta 2026, ¿en qué consiste?

La Ley de Energía Nuclear fue aprobada el 22 de octubre de 2024 y publicada en el Diario Oficial seis días después, te contamos de qué se trata.

Por Evelyn Alas Ago 22, 2025- 14:36

La Comisión de Economía de la Asamblea Legislativa de El Salvador aprobó prorrogar hasta el 28 de junio de 2026 la entrada en vigencia de la Ley de Energía Nuclear, con el objetivo de integrar recomendaciones internacionales, fortalecer el marco jurídico y asegurar una implementación eficaz y segura del nuevo régimen energético.

La Ley de Energía Nuclear fue aprobada el 22 de octubre de 2024 y publicada en el Diario Oficial seis días después, con entrada en vigor originalmente prevista para el 28 de octubre de 2025

Sin embargo, la Comisión de Tecnología, Turismo e Inversión avaló una prórroga hasta junio de 2026, permitiendo incluir observaciones de organismos internacionales sobre seguridad jurídica, institucional y ambiental.

Este plazo adicional representa una oportunidad clave para alinear la normativa nacional con estándares de organismos como la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), asegurar que los procesos administrativos estén bien montados y fortalecer las capacidades técnicas para aplicar la ley con transparencia y eficacia.

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La Comisión de Tecnología, Turismo e Inversión avaló una prórroga hasta junio de 2026 / Foto Freepik

Ventajas técnicas y ambientales de la energía nuclear

La normativa aspira a posicionar a El Salvador como pionero en la región, al establecer un marco para la generación eléctrica continua, estable y limpia. 

Se espera que la energía nuclear:

  • Brinde suministro continuo los 365 días del año, sin depender del clima.
  • Ofrezca precios más estables y previsibles, menos afectados por los precios internacionales del petróleo.
  • Reduzca emisiones de gases de efecto invernadero, ayudando al país a avanzar en sus compromisos de descarbonización.
  • Posibilite soberanía energética a mediano y largo plazo, con estudios que proyectan una participación nuclear del 26% en la matriz energética para 2050.

Además, se trabaja en la formación de personal técnico especializado. Durante los próximos siete años, se planea capacitar a unos 400 profesionales para promover investigación, operación y seguridad en este campo.

Elementos clave de regulación y control

La ley crea una sólida estructura institucional y mecanismos de control:

  • Se establece la Dirección General de Energía, Hidrocarburos y Minas (DGEHM) como reguladora principal Adscritas a ella, la Dirección de Regulación de Energía Nuclear (régimen sancionatorio y otorgamiento de licencias) y la Dirección de Control y Supervisión de Energía Nuclear (inspección y supervisión operativa).
  • La ley prevé la conformación de un Comité de Emergencia Nuclear, integrado por ministerios clave y entidades como el Ministerio de Medio Ambiente, Salud, Gobernación, Defensa, PNC, Protección Civil, entre otros.
  • Establece sanciones disuasivas: multas desde $10,000 hasta el 10% del costo de la instalación, revocación de licencias y responsabilidades civiles por daños ambientales o humanos que parten de los $150 millones, con posible aporte estatal hasta $300 millones.

Antes de su aprobación, El Salvador recibió apoyo técnico de la IAEA. En marzo de 2024, representantes salvadoreños se reunieron con expertos del organismo para afinar términos del proyecto de ley y asumir compromisos internacionales relacionados con seguridad, responsabilidad civil y acceso a asistencia técnica.

El país también se adhirió a convenios internacionales como el de Seguridad Nuclear, Responsabilidad Civil por Daños Nucleares, y al Acuerdo de Privilegios e Inmunidades relacionado con la IAEA.

Balance y proyección práctica

Desde una mirada práctica, la ley brinda oportunidades reales a inversionistas nacionales y extranjeros al:

  • Aportar marco estable y predecible para proyectos nucleares con fines pacíficos.
  • Generar empleo y desarrollo tecnológico especializado local.
  • Aportar resiliencia energética con energía fiable, accesible y limpia.
  • Permitir exportación de conocimiento o energía excedente, en el mediano plazo.