La tecnología y los abuelos: entre el desafío y la oportunidad
La tecnología se ha convertido en una parte integral del día a día. Sin embargo, para muchos abuelos, el mundo digital puede parecer un territorio desconocido y abrumador.
Jul 26, 2025- 07:00
Los adultos mayores enfrentan varios desafíos al aprender a usar la tecnología, como la falta de familiaridad con los dispositivos y aplicaciones, la velocidad de las actualizaciones, la dificultad para entender conceptos técnicos y el miedo a cometer errores.
Además, pueden tener limitaciones físicas o cognitivas que dificultan el uso de dispositivos, como problemas de visión o memoria.
Asimismo, la falta de apoyo y orientación adecuada puede ser un obstáculo significativo para su aprendizaje.
La brecha digital generacional, es decir, aquella distancia que existe entre quienes crecieron con estas innovaciones y quienes han debido adaptarse a ellas, no solo limita el acceso a herramientas prácticas, sino también a derechos, servicios, salud y vínculos afectivos.
Según explicó Ethel Monge de Kuri, cofundadora de Conexión SV, una organización sin fines de lucro con 16 años de trayectoria en la alfabetización digital, "el temor al uso de la tecnología es el mayor desafío que hemos visto que permanece".
Desde esta perspectiva, el miedo a equivocarse, a ser juzgados o no ser comprendidos son factores que frenan a muchos abuelos a dar el primer paso hacia lo digital.
Por ello, el rol de la familia es fundamental. "El hecho de que el adulto mayor se sienta apoyado por su familia es trascendental y básico para que puedan afrontar sus temores… que puedan preguntar de forma sana y abierta lo que no entienden", comentó Monge.
Desde aprender a enviar un mensaje de voz en WhatsApp, hasta usar aplicaciones para controlar la glucosa o el ritmo cardíaco, los beneficios son innegables.
"Tenemos adultos mayores que ya son usuarios avanzados… usan recordatorios, participan activamente en redes sociales, hacen búsquedas inteligentes, escuchan podcasts y son usuarios activos de la banca online", explicó la cofundadora de Conexión SV.
Estos logros no solo mejoran su calidad de vida, de igual manera les devuelven autonomía, seguridad y una renovada autoestima.
Las herramientas tecnológicas les permiten estar en contacto con sus seres queridos, informarse, entretenerse, e incluso, desarrollar nuevas habilidades.
El salto a lo digital
La diferencia generacional en el uso de la tecnología no solo dificulta el acceso a herramientas útiles, sino que también restringe el ejercicio de derechos, el acceso a servicios, la atención médica y las relaciones personales.
Cerrar esta grieta no es solo enseñar a usar un dispositivo, sino crear un entorno de confianza. La paciencia, la empatía y el tiempo de los nietos o hijos son esenciales para ayudarles a descubrir que nunca es tarde para aprender.
"Hay que hacer sentir al adulto mayor seguro, confiado, que pueda expresar sus emociones sin ser sujeto de burla", subrayó Ethel.
Enseñar, repetir y acompañar son las mejores formas de empoderarlos. Conexión SV recomienda que el aprendizaje sea presencial siempre que sea posible, ya que el cara a cara facilita la comprensión y refuerza el vínculo entre generaciones.
Asimismo, en la formación, lo más importante es la práctica con sus propios equipos, así como integrar herramientas sencillas como asistentes de voz, audios en vez de textos y evitar plataformas con interfaces complejas.
La ciberseguridad es otro eje crucial. "El adulto mayor está vulnerable a estafas… les enseñamos a reconocer sitios sospechosos, fake news, mensajes engañosos", afirmó Monge. La idea no es aumentar el temor, sino capacitarlos con criterio y confianza.
Aunque muchas familias ya están tomando iniciativas, aún queda trabajo por hacer desde distintos sectores.
"Cada sector tiene su rol… la academia, el gobierno, la empresa privada, todos deberían dar su aporte", señaló Monge de Kuri.
En El Salvador, según el último censo, la población está envejeciendo, por lo que la formación tecnológica de los adultos mayores no debe ser una opción, sino una necesidad creciente.
Desde iniciativas comunitarias hasta programas institucionales, todos pueden contribuir. La inclusión no es solo una cuestión de acceso a internet, sino también el uso consciente, útil y significativo de las herramientas tecnológicas.
Los abuelos no están fuera de la era digital, solo necesitan una mano amiga, tiempo y respeto.
Enseñarles es también aprender de ellos, de su experiencia y sabiduría. Y al hacerlo, se construyen puentes entre generaciones que no solo acercan pantallas, sino también corazones.