¡San Salvador estalla en alegría con el Desfile del Correo!

Con el Desfile del Correo iniciaron los Festejos Agostinos de San Salvador Centro. Los viejos de agosto, chichimecos, cachiporristas, bandas de paz y carrozas llenaron de color la capital.

Por Osmín Monge Ago 01, 2025- 11:12

San Salvador comenzó agosto derrochando alegría. Desde las 9:00 a.m., la Plaza Salvador del Mundo se convirtió en el epicentro de la emoción, donde los tambores retumbaron, las trompetas sonaron y un mar de familias vivieron el arranque oficial de las festejos en honor al Divino Salvador del Mundo.

El Desfile del Correo, uno de los más esperados del año, convirtió la alameda Roosevelt en una auténtica vía de color y tradición.

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Miles de personas, niños en hombros, abuelos sonrientes y turistas curiosos, se apostaron a lo largo del recorrido que finalizó en el parque Cuscatlán, para no perderse ni un segundo de esta fiesta que cada año revive la identidad salvadoreña.

La diversión está a la orden del día. Foto: EDH / Osmín Monge
La diversión está a la orden del día. Foto: EDH / Osmín Monge

Las carrozas fueron las grandes protagonistas de la mañana. Decoradas con flores y detalles alusivos a la celebración, parecían pequeñas obras de arte rodantes.

Entre carroza y carroza, los personajes de fantasía, esos que se ven en el cine o la televisión, hacían de las suyas. Estos saltaban, bailaban, posaban para selfis y hacían reír a muchos. Sus trajes estrafalarios, llenos de colores, recordaban que estos festejos son, sobre todo, una invitación a dejarse llevar por la alegría.

Los viejos de agosto volvieron a hacer de las suyas. Foto: EDH / Menly González
Los viejos de agosto volvieron a hacer de las suyas. Foto: EDH / Menly González

La reina que iluminó la Roosevelt

Y si de brillar se trata, la que se llevó todas las miradas fue la Reina de San Salvador, Galilea I. Desde lo alto de su carroza, saludó sin descanso, mientras los rayos del sol jugaban con los destellos de su corona y su vestido azul.

“¡Qué linda la reina!”, se escuchó a alguien decir entre el público, mientras los celulares captaban el momento para el recuerdo.

El Diablo fue de los personajes más buscados. Foto: EDH / Menly González
El Diablo fue de los personajes más buscados. Foto: EDH / Menly González

En otros carros alegóricos se lucieron las reinas distritales de Cuscatancingo, Ayutuxtepeque, Ciudad Delgado y San Salvador, la Reina de la yuca, así como varias de las señoritas que participaron en la elección de la reina de los festejos.

La belleza de las salvadoreñas se lució en las coloridas carrozas.
La belleza de las salvadoreñas se lució en las coloridas carrozas. Foto: EDH / Osmín Monge

Pero ningún desfile agostino está completo sin los legendarios viejos de agosto, esos personajes que parecen salidos de una mezcla entre cuentos populares y leyendas urbanas. Este año, desfilaron con más energía que nunca.

La Siguanaba, con su cabellera desordenada y su mirada de espanto, arrancó gritos y risas a la vez, y el Cipitío, pequeño y travieso, se coló entre el público repartiendo sustos juguetones.

Tanto las payasitas como las cachiporristas se robaron el show. Fotos: EDH / Menly González
Tanto las payasitas como las cachiporristas se robaron el show. Fotos: EDH / Menly González

El Diablo Rojo y el Diablo Negro, entre saltos y carcajadas, hicieron correr a más de uno que no se lo esperaba. Por su parte, el Padre sin Cabeza caminaba lentamente, mientras los más pequeños lo miraban boquiabiertos.

El Justo Juez de la Noche, otro de los personajes legendarios de El Salvador, solemne y misterioso, recordaba que estas fiestas también están cargadas de tradición.

Los personajes de fantasía brindaron color al recorrido.
Los personajes de fantasía brindaron color al recorrido. Foto: Menly González

A ellos se sumaron otros personajes mitológicos, interpretados por hombres enmascarados que llevan décadas manteniendo viva esta tradición única en el mundo. Las bandas de paz y las comparsas acompañaron cada momento del desfile.

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Tambores, bombos, platillos, timbales, liras y trompetas marcaban el paso, mientras las cachiporristas llenaban de energía la avenida. Algunas bandas apostaron por lo tradicional; otras se atrevieron a mezclar cumbia, reguetón y hasta salsa, logrando que hasta el público se moviera al ritmo.

El Desfile del Correo sigue dando alegría.
El Desfile del Correo sigue dando alegría. Foto: EDH / Osmín Monge

El ambiente se completó con el delicioso aroma de algodones de azúcar, sorbetes y minutas, que flotaba en el aire gracias a los vendedores apostados a lo largo de la alameda.

Todos los salvadoreños disfrutaron el tradicional desfile. Foto: EDH / Menly González
Todos los salvadoreños disfrutaron el tradicional desfile. Fotos: EDH / Menly González

Una fiesta que pinta de alegría a toda la capital

Al llegar al Parque Cuscatlán, el desfile cerró con breves presentaciones de las bandas y grupos de cachiporristas ante las autoridade municipales e invitados especiales, y con la certeza de que San Salvador volvió a llenarse de alegría.

Las cachiporristas robaron miradas. Foto: EDH / Osmín Monge
Las cachiporristas robaron miradas. Foto: EDH / Osmín Monge

Las familias regresaron a casa con fotos, recuerdos y la sensación de que estas fiestas son un abrazo a la tradición y al espíritu salvadoreño.

Y es que el Desfile de Correo no es solo un evento popular es el latido alegre de la ciudad, un carnaval que cada agosto transforma las calles en un lienzo de historia, cultura y diversión.