Bótox, un aliado que te mantiene sin arrugas

Si tienes pensado eliminar de manera temporal las líneas de expresión, el bótox es una buena opción. Te decimos qué es esta sustancia y cómo se usa.

Por J. Barrera Jul 02, 2025- 06:25

Si cada vez que oyes la palabra “bótox” te imaginas a tu tía con la cara bien estirada o a las Kardashian sin arrugas desde 1990, ¡alto ahí! Hoy vamos a descubrir los mitos, verdades y chismes de salón sobre esta palabrita mágica (o maldita, depende a quién le preguntes). Porque antes de correr al doctor para que te pinche el rostro mejor entérate bien de qué va este asunto.

Quizás te preguntes: ¿el bótox es amigo o enemigo? Depende. Hecho con arte y ética, es un aliado poderoso para suavizar el paso del tiempo sin bisturí. Pero hecho con ignorancia o tacañería… es el camino más rápido a convertirte en meme.

No hay nada de malo en querer verte más joven o fresca. Tampoco es obligación que todas lo usen. La clave es informarse, elegir bien al especialista y no obsesionarse.

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Recordá: las arrugas también son belleza y cuentan tu historia. Pero si querés “editarlas” un poco, el bótox puede ser un buen filtro en la vida real.

Con información de la Asociación Americana de Dermatología y la Sociedad Española de Medicina Estética (SEME) aquí te van 10 claves para que sepas si el bótox es tu nuevo mejor aliado o tu enemigo más peligroso.

1. ¿Qué es el bótox?

El bótox, también conocido como toxina botulínica, es una sustancia que se utiliza en medicina estética y en otras áreas de la salud para relajar temporalmente los músculos. Se deriva de una bacteria llamada Clostridium botulinum y se inyecta en pequeñas cantidades para tratar arrugas y otras condiciones médicas.

En medicina estética se usa principalmente para suavizar arrugas y líneas de expresión en la cara, como las patas de gallo y las líneas de la frente.

Básicamente, es un relajante muscular de lujo. Lo inyectas y paraliza temporalmente los músculos donde se aplica. Resultado: ¡adiós arrugas de expresión! Bueno, al menos por un tiempo.

Bótox
Foto: Shutterstock

2. ¿Para qué sirve?

El bótox no es solo para vanidosas. En cosmética se usa para atenuar líneas de expresión (frente, patas de gallo, entrecejo), levantar sutilmente cejas o comisuras, finar el rostro y suavizar las arrugas del cuello.

También tiene algunos usos médicos.

3. ¿Cómo se aplica?

Imagina un spa, pero con agujas y un doctor inyectando tu cara como si fuera lienzo. Suena aterrador, pero es bastante rápido y tolerable.

El médico limpia la zona, te pide que hagás muecas (para ver dónde atacar) y aplica microinyecciones en puntos estratégicos. En general, toma de 10 a 20 minutos.

¿Duele? Digamos que es un pellizquito molesto, pero más leve que depilarte el bigote. A muchas les ponen cremita anestésica si son muy sensibles.

4. ¿Qué tan rápido veo el efecto?

Si esperas salir de la clínica como filtro de TikTok, te vas a decepcionar. El Botox no hace ¡pop! al instante.

Los resultados iniciales se ven de 3 a 5 días, mientras que los resultados plenos se logran de 10 a 14 días.

Y si no ves nada en dos semanas, preocúpate, es probable que tu doctor te haya vendido agüita con sal.

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5. ¿Cuánto dura la maravilla?

El efecto no es eterno. Normalmente dura de 3 a 6 meses.

Al principio todo se pone firme y luego se cae. Por eso, quien quiera mantener resultados debe repetir el procedimiento de 2 a 3 veces al año.

Algunas personas “entrenan” sus músculos con bótox frecuente y logran espaciar un poco más las aplicaciones.

Bótox
Foto: Shutterstock

6. Ventajas divinas

Adiós arrugas de expresión: ¡la frente lisa como tabla de surf!

Prevención: al paralizar el músculo evitas que la arruga se marque más.

Es un procedimiento rápido y sin incapacidad: te inyectan y sigues con tu día.

No es cirugía: cero bisturí.

Resultados naturales (si se hace bien): se nota menos “artificial” que un lifting.

7. Peligros y efectos secundarios

Tenclaro que el bótox no es como agua bendita. Tiene riesgos y debes saberlo; estos son algunos de ellos:

Hematomas o moretones: si te sale uno, aplica corrector y di que te peleaste con la almohada.

Dolor o hinchazón: pasa en uno o dos días.

Dolor de cabeza, aunque suele ser pasajera.

Ptosis (párpado caído): el gran terror. Si se aplica mal o migra, el párpado se baja y te ves medio dormida.

Sonrisa torcida: si se aplica mal alrededor de la boca.

Alergias: rarísimas, pero pueden pasar.

Efecto cero: si el producto es pirata, caducado o tú eres muy resistente.

Por eso: ¡siempre con donde un especialista! Nada de la comadre que aprendió en YouTube.

8. Mitos

Hay muchos mitos. Vamos a romperlos:

“Deforma la cara para siempre”: falso. Su efecto es temporal.

“Después te salen más arrugas”: no. Si lo dejas de usar, las arrugas vuelven a como estaban, no peor.

“Te paraliza toda la cara”: solo actúa donde se inyecta. Si pareces estatua, es por mala técnica o exceso.

“Es veneno puro”: en dosis médicas es seguro y aprobado.

“Es solo para viejas”: ¡Bah! Hay pacientes desde los 25 en adelante, y hombres también.

9. Elige bien a quién te inyecta

Si algo debes poner en práctica es esto: ¡bótox solo con profesionales certificados! Debes hacerlo con un médico estético, dermatólogo o un cirujano plástico.

Nada de “la amiga que lo aplica en su sala” o el ofertón del 2x1 en el salón de uñas. Un mal bótox es más barato al inicio pero más caro en desgracias.

10. ¿Para quién sí y para quién no?

Es ideal para personas con arrugas dinámicas (de expresión), para quienes quieren prevenir arrugas marcadas y para personas sanas sin contraindicaciones.

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