Orégano: el pequeño gigante de la medicina natural

Descubre cómo el orégano esconde un arsenal de beneficios para la salud que van mucho más allá de la cocina.

Por Elis Silva Jul 19, 2025- 09:07

Desde tiempos antiguos, el orégano ha sido una joya en las cocinas mediterráneas, añadiendo ese sabor cálido y terroso a pizzas, guisos y ensaladas.

Pero detrás de su aroma característico y su sabor inconfundible, se esconde un verdadero tesoro medicinal que la ciencia moderna está redescubriendo. Esta modesta planta, cuyo nombre proviene del griego y significa "alegría de la montaña", ha sido utilizada durante siglos como remedio natural para múltiples dolencias, y hoy en día se consolida como uno de los pilares de la fitoterapia.

El orégano contiene compuestos activos como el carvacrol y el timol, conocidos por sus poderosas propiedades antimicrobianas. Estos aceites esenciales actúan como verdaderos escudos naturales frente a bacterias, hongos y virus, lo que convierte al orégano en un excelente aliado para fortalecer el sistema inmunológico.

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De hecho, algunos estudios han demostrado que el aceite esencial de orégano puede ser tan eficaz como ciertos antibióticos sintéticos en la lucha contra infecciones.

Pero sus beneficios no terminan ahí. El orégano también es un potente antioxidante, gracias a su alto contenido de flavonoides y ácido rosmarínico, que ayudan a combatir el daño causado por los radicales libres. Esto se traduce en una protección celular que puede retrasar el envejecimiento y reducir el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer o los trastornos cardiovasculares.

Además, el orégano tiene propiedades antiinflamatorias que pueden aliviar molestias como dolores articulares, musculares o incluso problemas digestivos. Su infusión es un remedio tradicional contra la indigestión, los gases y los cólicos, y también se ha utilizado para calmar la tos, los resfriados y las afecciones respiratorias, gracias a su capacidad para actuar como expectorante y aliviar la congestión.

Y por si fuera poco, el orégano también es fuente de vitaminas A, C, E y K, así como de minerales como hierro, calcio y magnesio, que ayudan a mantener el organismo en equilibrio y fortalecen huesos, piel y sistema nervioso.

Aunque suele utilizarse seco en la cocina, sus beneficios se aprovechan mejor en forma de infusión, tintura o aceite esencial, este último debe usarse con precaución y preferiblemente bajo supervisión, ya que es muy concentrado.

En resumen, el orégano es una planta medicinal completa, accesible y eficaz. Incluirlo en la dieta diaria no solo realza los sabores de nuestras comidas, sino que también fortalece el cuerpo de forma natural. La próxima vez que espolvorees un poco de orégano sobre tus platillos, recuerda que estás agregando salud en cada pizca.

¿Cómo prepararlo en casa?

1. Infusión (té digestivo y respiratorio)

Ideal para: aliviar la indigestión, gases, cólicos, tos, gripes, resfriados y congestión.

Cómo hacerlo:

1 cucharadita de orégano seco (o 1 ramita fresca).

1 taza de agua hirviendo.

Preparación:

Coloca el orégano en una taza.

Vierte el agua hirviendo sobre él.

Cubre y deja reposar 10 minutos.

Cuela y bebe 1 o 2 veces al día.

Puedes añadir miel y limón para potenciar sus efectos en casos de resfriado o dolor de garganta.

2. Inhalaciones (vapores para congestión y sinusitis)

Ideal para: abrir las vías respiratorias, aliviar sinusitis y despejar la nariz.

Cómo hacerlo:

Un puñado de orégano fresco o 2 cucharadas secas.

1 litro de agua hirviendo.

Preparación:

Hierve el agua y añade el orégano.

Apaga el fuego, cúbrete la cabeza con una toalla y coloca tu rostro (a una distancia segura) sobre el vapor.

Respira profundamente durante 5–10 minutos.

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3. Aceite medicinal de orégano casero (uso tópico)

Ideal para: dolor muscular, infecciones cutáneas leves, picaduras, hongos (como el pie de atleta).

Cómo hacerlo:

El orégano seco también es común en la gastronomía salvadoreña.
El orégano seco también es común en la gastronomía salvadoreña. Foto: Shutterstock

3 cucharadas de orégano seco.

1 taza de aceite base (oliva, coco o almendras).

Preparación:

Coloca el orégano en un frasco limpio y seco.

Añade el aceite y mezcla bien.

Deja reposar al sol o en un lugar cálido durante dos semanas, agitándolo diariamente.

Cuela y guarda en un frasco oscuro.

Uso: aplicar una pequeña cantidad en la zona afectada. Haz una prueba en la piel antes de usarlo por completo, ya que es potente.

4. Incorporación diaria en la alimentación, uso culinario con fines medicinales:

Agrega orégano seco a ensaladas, sopas, carnes, guisos, aceites y vinagretas.

Mezcla orégano con ajo y aceite de oliva para crear una pasta medicinal y sabrosa.

Esto no solo mejora el sabor, sino que ayuda a prevenir infecciones intestinales y fortalece el sistema inmunológico.

Precauciones:

El aceite esencial puro no debe ingerirse sin supervisión médica, ya que es muy concentrado.

En embarazadas o personas con tratamientos médicos, es recomendable consultar con un profesional antes de usarlo de forma terapéutica.

No reemplaza tratamientos médicos en casos graves.

(Artículo elaborado con asistencia de IA)